Desde los inicios de la ciencia moderna, las islas oceánicas, como las que constituyen los archipiélagos de Galápagos, Hawaii, Cabo Verde o las islas Canarias, han sido un espacio clásico para el desarrollo de estudios ecológicos y evolutivos. El aislamiento geográfico, la alta diversidad de especies endémicas (exclusivas de las islas) o la gran riqueza de hábitats concentrada en áreas terrestres de extensión relativamente pequeña, son características comunes a todos los sistemas insulares. Sin embargo, y a diferencia de las islas continentales, las oceánicas no han estado nunca unidas a masas continentales, y por tanto sus especies nativas son el resultado de procesos de dispersión desde el continente y, en el caso de los endemismos, de procesos de especiación que han sucedido en las propias islas.
En este vídeo se recogen algunas de las características más llamativas del archipiélago canario, siendo la mayoría de ellas comunes a todas las islas oceánicas.